La PS5 Pro se presentará como una consola capaz de ofrecer gráficos en calidad 4K y 120 fotogramas por segundo.
Sony tiene la intención de promocionar la PS5 Pro como una consola 4K con la capacidad de alcanzar 120 FPS. Aunque algunos puedan percibirlo como algo novedoso, la realidad es que esta estrategia ya fue empleada con la PS5 original. En ese sentido, la compañía japonesa estaría siguiendo una estrategia similar a la utilizada anteriormente.
Para promocionar la PS5, Sony incluso incluyó el logo 8K en la caja de la consola, sugiriendo que el sistema es compatible con esa resolución. Aunque es cierto que la PS5 puede reproducir contenido multimedia en 8K y ejecutar juegos muy simples en esa resolución, la realidad es que ningún juego actualmente puede alcanzar dicha resolución en una experiencia mínimamente compleja en ninguna consola.
La situación se asemeja a lo que ocurrió con la PS4 Pro, una consola que se comercializó como un sistema 4K, aunque en realidad dependía del checkerboard para alcanzar esa resolución. Esta tecnología de reescalado espacial fue fundamental desde el lanzamiento de la consola.
En cuanto a la capacidad de alcanzar 120 FPS, es importante considerar que no solo se requiere una GPU potente, sino también una CPU de alto rendimiento para lograr tasas de FPS tan elevadas. Según los últimos rumores, la PS5 Pro contaría con una GPU RDNA 3 con 3,840 shaders a 1.8 GHz y una CPU Zen 2 con una velocidad de entre 4 GHz y 4.4 GHz. Esto implica que la PS5 Pro solo sería ligeramente más rápida que la CPU de la PS5.
Aunque la GPU de la PS5 Pro tendría un mayor número de shaders, su frecuencia de trabajo sería relativamente baja y estaría limitada por las características típicas de cualquier solución gráfica integrada en una APU. Para ponerlo en perspectiva, una Radeon RX 7800 XT, que también tiene 3,840 shaders, puede alcanzar una frecuencia de hasta 2,700 MHz sin problemas, lo que representa un aumento de 900 MHz. Esta diferencia de potencia bruta sería significativa por sí sola.
Es cierto que la PS5 ya enfrenta dificultades para mantener una tasa de 60 FPS estables en juegos actuales en su modo de rendimiento, el cual a menudo comienza con resoluciones inferiores a 1080p. Por ejemplo, en el caso de Alan Wake 2, el juego se renderiza a 847p y luego se reescala a 1440p en la PS5 utilizando una configuración gráfica en calidad baja. A pesar de estas medidas, la consola no logra mantener una tasa de 60 FPS estables. Por lo tanto, la idea de que la PS5 Pro pueda alcanzar los 4K nativos y 120 FPS parece poco realista.
Según los últimos rumores, la PS5 Pro podría utilizar un método de reescalado inteligente similar al DLSS de NVIDIA. Sin embargo, aún no disponemos de detalles específicos sobre si la aceleración de esta tecnología se llevará a cabo en los núcleos de IA que se espera que integre la GPU RDNA 3 de esa consola, o si se utilizará otro tipo de hardware especializado para realizar esa tarea.
Se espera que esta consola sea lanzada entre el tercer y el cuarto trimestre del año, y se espera que esté disponible en dos versiones: una con unidad óptica y otra sin ella. Sin embargo, hay rumores que sugieren que Sony podría optar por lanzar la consola en una única versión con unidad óptica integrada, aunque esto aún no está confirmado.
El precio de venta de la PS5 Pro se estima entre 600 y 649 dólares en su versión con unidad óptica, y entre 500 y 549 dólares en su versión sin unidad óptica. Para poder lanzarla a estos precios, la compañía tendría que ajustar los precios de las dos versiones de la PS5. En este caso, sería lógico que ambos modelos experimenten una reducción de alrededor de 100 dólares o euros para dejar espacio para la PS5 Pro.
